Don Miguel, estaba en una esquina esperando un taxi, al poco tiempo se para uno
que era colectivo, en el podían ir varias personas que llevaran la
misma ruta.
En el taxi, venia una sola señora en el asiento trasero, Do Miguel, también se
subió en ese mismo asiento. Solo habían pasado unas cuadras y se percató que la
señora iba llorando.
Don
Miguel le pregunto. –Señora, ¿por qué llora?, no llore por favor.
La señora le contesto que no iba llorando que era polvo que le había entrado en
los ojos.
Pasaron
más cuadras y la señora lloraba más fuerte y el señor le volvió a preguntar lo
mismo, -¿Por qué llora señora?,- y la señora le contesto, -Le digo
que es el polvo que entro más fuerte-, Con voz enérgica Don Miguel le dijo al
taxista que se dirigiera a un lavadero de carros y que metiera a lavar el
carro.
Retomaron
su camino y al poco tiempo la señora continuó en llanto abierto.
El Señor le dijo, -No es el polvo del carro lo que la hace llorar señora, pues
el carro ya está limpio ¿verdad?, es el polvo del corazón.
La señora un poco confundida pues, sabía que era cierto y sorpresivamente Don
Miguel le pregunta, ¿Quiere que lo retire de ahí?
Ella le pregunto -¿Puede?, él le contesto, -Si, si puedo-
A partir de ese momento y por el resto del camino, se dedicó a amarla en
silencio desde su corazón, dejando el amor en el corazón de la señora, también
Don Miguel sintió la paz en el, he hizo lo mismo. Casi instantáneamente, la
señora se repuso, y le pregunto, -¿Qué fue lo que me hizo?, siento un alivio
inmenso y una paz que tenía mucho tiempo de no sentir, ¿Qué hizo señor?, Don
Miguel le contesto, -Señora, la amé, solo la amé.-
Don Miguel se bajó en la esquina que le
tocaba, pensando en que la vida le había puesto en su camino, una nueva
oportunidad para utilizar el poder que todos tenemos, el poder de sentir y hacer
sentir. El creo el amor y lo entrego, creyó plenamente en su poder
creativo, y en esa ocasión le toco, crear Amor.
Don Miguel, jamás volvió a ver a la señora, a pesar
de que muy seguido la buscaba en la misma ruta del taxi. No se preocupó, pues
sabía que lo que se siente de corazón, dura para toda la vida.
Si sabes de alguien que no la está pasando muy bien
ahora, ¡Cree y Crea! amalo
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