En la misa del domingo de Pascua, durante el sermón, un sacerdote puso en el altar una jaula de pájaros vacía.
Los feligreses se sorprendieron. Y el les hablo de esta manera: “Ayer cuando caminaba por el pueblo, observé un muchachito que se dirigía hacia mi con una jaula, moviéndola de lado a lado. En su interior había tres pajaritos temblorosos, con frio y miedo.
Detuve al muchacho y le pregunté: ¿Qué llevas ahí? “Unos pájaros viejos” me contesto.
¿Qué vas a hacer con ellos? Le dije.
“Pienso divertirme, los voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerles pelear entre ellos, espero pasarla bien.” Fue su respuesta.
Pero tarde o temprano te cansarás de ellos ¿verdad? Respondí.
“Bueno cuando me canse de ellos los echaré a los gatos para que se los coman” Dijo el.
Guardé silencio por un momento y le pregunté: ¿Por cuánto me vendes a los pajaritos?
Padre, ¿porque le interesan estos pájaros? Son viejos, no cantan, ni siquiera son lindos y además quiero mucho dinero por ellos…..
¿Cuanto? “Cien pesos”
Mismos que le entregue para dejar libres a los pájaros.
Esta era la razón por la cual estaba vacía en el altar.
El sacerdote continuó diciéndoles:
Un día Jesús y el diablo se pusieron a conversar, el diablo acababa de llegar al paraíso, se notaba que estaba contento y alegre.
“Como puedes ver, acabo de apoderarme de todo el mundo entero, con toda su gente. Les tendí una trampa que yo sabía que no iban a poder resistir y ¡¡ Los atrape!!
¿Qué vas a hacer con toda esa gente? Preguntó Jesús.
¡¡Ah!! Pues voy a divertirme. Les voy a enseñar a casarse y a divorciarse, Que se odien y abusen unos de otros, les enseñare a beber, fumar y maldecir. Les voy a enseñar como fabricar armas y bombas para que se maten entre ellos. ¡¡¡Si que voy a divertirme!!!
¿Y que harás con ellos después de todo esto?
Pues matarlos!!! Replico el demonio.
¿Cuánto quieres por ellos? Dijo Jesús.
¡Oh no!, tu no quieres a esa gentuza, si los recoges, te odiarán, te escupirán en la cara, maldecirán tu nombre y acabarán matándote. ¡No vale la pena!
¿Cuanto? Volvió a preguntar Jesús.
Ah!! Si tú insistes, te voy a pedir un alto precio… Que te parece toda tu sangre, pero gota a gota, todas tus lágrimas. Quiero que me pagues con tu vida.
Y Jesús pago el precio, entregando su vida por nosotros, gota a gota, todo esto por amor.
Los feligreses se sorprendieron. Y el les hablo de esta manera: “Ayer cuando caminaba por el pueblo, observé un muchachito que se dirigía hacia mi con una jaula, moviéndola de lado a lado. En su interior había tres pajaritos temblorosos, con frio y miedo.
Detuve al muchacho y le pregunté: ¿Qué llevas ahí? “Unos pájaros viejos” me contesto.
¿Qué vas a hacer con ellos? Le dije.
“Pienso divertirme, los voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerles pelear entre ellos, espero pasarla bien.” Fue su respuesta.
Pero tarde o temprano te cansarás de ellos ¿verdad? Respondí.
“Bueno cuando me canse de ellos los echaré a los gatos para que se los coman” Dijo el.
Guardé silencio por un momento y le pregunté: ¿Por cuánto me vendes a los pajaritos?
Padre, ¿porque le interesan estos pájaros? Son viejos, no cantan, ni siquiera son lindos y además quiero mucho dinero por ellos…..
¿Cuanto? “Cien pesos”
Mismos que le entregue para dejar libres a los pájaros.
Esta era la razón por la cual estaba vacía en el altar.
El sacerdote continuó diciéndoles:
Un día Jesús y el diablo se pusieron a conversar, el diablo acababa de llegar al paraíso, se notaba que estaba contento y alegre.
“Como puedes ver, acabo de apoderarme de todo el mundo entero, con toda su gente. Les tendí una trampa que yo sabía que no iban a poder resistir y ¡¡ Los atrape!!
¿Qué vas a hacer con toda esa gente? Preguntó Jesús.
¡¡Ah!! Pues voy a divertirme. Les voy a enseñar a casarse y a divorciarse, Que se odien y abusen unos de otros, les enseñare a beber, fumar y maldecir. Les voy a enseñar como fabricar armas y bombas para que se maten entre ellos. ¡¡¡Si que voy a divertirme!!!
¿Y que harás con ellos después de todo esto?
Pues matarlos!!! Replico el demonio.
¿Cuánto quieres por ellos? Dijo Jesús.
¡Oh no!, tu no quieres a esa gentuza, si los recoges, te odiarán, te escupirán en la cara, maldecirán tu nombre y acabarán matándote. ¡No vale la pena!
¿Cuanto? Volvió a preguntar Jesús.
Ah!! Si tú insistes, te voy a pedir un alto precio… Que te parece toda tu sangre, pero gota a gota, todas tus lágrimas. Quiero que me pagues con tu vida.
Y Jesús pago el precio, entregando su vida por nosotros, gota a gota, todo esto por amor.
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