Señor, no permitas que me vuelva un viejo gruñón y quejumbroso,
Criticón y pesimista; insoportable para los demás.
Consérvame mi risa y mi sonrisa aunque me vean la boca desdentada.
Consérvame ese sentido del humor que hace a todo mundo sentirse
a gusto, los amigos, los parientes y uno mismo.
Hazme, Señor, un viejo generoso que sepa compartir lo mío: mi tiempo
y las flores de mi jardín, con los que no tienen ni tierra.
No dejes que me vuela un hombre del siglo pasado, que hable siempre
De los buenos viejos tiempos, cuando todo estaba bien; y que desperdicie
las épocas modernas cuando todo anda mal.
Hazme, Señor, un anciano que no olvide nunca mi juventud; que más bien rejuvenezca la juventud de
los demás.
Señor, Tú que has hecho las estaciones del año y las de la vida,
hazme un hombre de todas las estaciones.
No te pido felicidad: te pido simplemente que mi última etapa sea
bella, y así, sea también testimonio de tu propia belleza.
Anónimo
Criticón y pesimista; insoportable para los demás.
Consérvame mi risa y mi sonrisa aunque me vean la boca desdentada.
Consérvame ese sentido del humor que hace a todo mundo sentirse
a gusto, los amigos, los parientes y uno mismo.
Hazme, Señor, un viejo generoso que sepa compartir lo mío: mi tiempo
y las flores de mi jardín, con los que no tienen ni tierra.
No dejes que me vuela un hombre del siglo pasado, que hable siempre
De los buenos viejos tiempos, cuando todo estaba bien; y que desperdicie
las épocas modernas cuando todo anda mal.
Hazme, Señor, un anciano que no olvide nunca mi juventud; que más bien rejuvenezca la juventud de
los demás.
Señor, Tú que has hecho las estaciones del año y las de la vida,
hazme un hombre de todas las estaciones.
No te pido felicidad: te pido simplemente que mi última etapa sea
bella, y así, sea también testimonio de tu propia belleza.
Anónimo
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