Ir al contenido principal

LA PAREJA PERFECTA


Érase una vez una muchacha de nombre Nadia, cuya belleza atraía a todos los que la conocían. A pesar de ello, Nadia se sentía muy sola. Tras la alegría del primer encuentro con sus pretendientes, les encontraba defectos. Entonces, sentía que su amor se marchitaba y seguía anhelando su ideal de pareja ...perfecta.

Un día, Nadia oyó hablar de un sabio que a todos conmovía con sus palabras. Aquella noche, decidió consultarle su problema.

"Tal vez -se decía- me pondrá en el camino de ese hombre ideal que sueño".

A la mañana siguiente, llegó hasta él y, tras exponerle su mala suerte, le dijo:

- Necesito hallar la pareja perfecta. ¿Qué podéis decirme? Una persona como usted, sin duda, habrá encontrado la pareja perfecta.-

Aquel anciano, mirando a Nadia con brillo intenso en sus ojos, le dijo:

- Pasé mi juventud buscando a la mujer perfecta. En Egipto, encontré a una mujer bella e inteligente, pero era muy inconstante y egoísta. En Persia, conocí a una mujer que tenía un alma buena y generosa, pero no teníamos aficiones en común… Y así una mujer tras otra. Al principio, me parecía haber logrado "el gran encuentro", pero, pasado un tiempo, descubría que faltaba algo que mi alma anhelaba. Fueron transcurriendo los años hasta que de pronto, un día…- dijo el anciano haciendo una emocionada pausa, -la vi, resplandeciente y bella. ¡Allí estaba la mujer que yo había buscado toda mi vida!-

-¿Y qué pasó? ¿Te casaste con ella?- replicó entusiasmada la joven Nadia.

- Al final… la unión no pudo llevarse a cabo.

-¿Por qué?, ¿por qué?-

- Porque al parecer– le dijo el anciano con un gran brillo en sus ojos, -ella buscaba la pareja perfecta…-

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ARBOL CONFUNDIDO

Había una vez -en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo-, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era"... Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, - Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas-. -¿Ves qué fácil es?- -No lo escuches...-, exigía el rosal. -Es más sencillo tener rosas.. - ¿Ves qué bellas son? Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, le dijo: -No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución-: -¡No dediques tu vida a ser como los demás qui...

Pautas para el equilibrio de la mente y el corazón.

Cuantas veces he oido hablar de lo complicado que es equilibrar la mente y el corazón!! De que es un eterno problema porque uno obviamente es mas racional y el otro todo sentimental. Aquí el asunto es que a mi consideración, no hemos dado su justo lugar a cada uno, por supuesto cada uno de ellos tiene su porque y para que, cosa que mientras no distingamos nos seguirá generando muchísimos problemas. No digo que sea sencillo hacerlo, he vivido esa parte y soy consciente que esto conlleva trabajo diario y sobre todo CONSCIENCIA. Justamente la consciencia es el equilibrio, ni razón, ni emoción. La verdad de nuestra vida es la realidad de nuestra existencia. Para lo que llegamos a este planeta. Lograr el equilibrio es sencillo, principalmente si ponemos atención a lo que estamos haciendo cada instante, eso es en principio ya que recordemos que nos hemos convertido en unas maquinas hacedoras de cosas en automático, y de hecho ahí ni siquiera pensamos ni sentimos nada, solo hacemos...

“LA FUSIÓN” …más allá del amor.

       Doroteo y Jimena vivían con ilusión cada día de la semana pensando en que el domingo por la mañana se verían en su lugar preferido, “Vista flores”, era la orilla de un acantilado que les regalaba el mejor de los paisajes en los alrededores de su pueblo natal. La vista y el aroma del mar junto con las flores daban el toque especial para relajarse y trascender cualquier condición en la que se encontraran.          Siempre llevaban algo que comer, por lo general era queso y algunos frutos secos que disfrutaban arriba de una manta que tendían en el prado, y por supuesto no les podía faltar una botella de vino tinto que sin prisa alguna bebían.           Mantenían una comunicación franca y abierta, se habían dado cuenta que eso les permitía tener dentro de su relación una conducta libre y natural. Se comprendían uno al otro, conocían sus más íntimos deseos y algo muy i...